Por Jessica Fainsod, Clarín Suplemento Mujer, Buenos Aires, Sábado 8 de noviembre de 2008
Sobre la muestra Femenino, Lucila Amatista / Irene Banchero / Pato da Cunha / Nora Dobarro / Magdalena Murúa / Elena Nieves / Paula Socolovsky. Galería Mil 100, Buenos Aires. Del 5 al 21 de noviembre de 2008
FEMENINO SE LLAMA LA MUESTRA DONDE EXHIBEN SIETE ARTISTAS
Siete artistas plásticas fueron convocadas para exponer sus obras e inaugurar la galería Mil 100 Art Gallery. Se trata de Femenino, una muestra colectiva, que se puede ver hasta el 21 de noviembre en Lavalleja 1100. ¿Qué las une? “El arte y su condición femenina, que se entrelazan muy bien entre sí”, desliza el curador Roberto Scafidi y el resto del elenco, las artistas, se sonríen.
Reunidas cinco de ellas alrededor de una larga mesa, cada una cuenta el por qué de su presencia. Las ausentes Paula Socolovsky, que estaba enferma y Nora Dobarro, quien llegó alegremente tarde una hora después, pero que pudo sumarse a la foto. Se conocían por sus obras, pero nunca antes habían sido convocadas a exponer juntas.
Las manualidades, el arte de moldear las sensaciones y los sentimientos las une con una sensibilidad especial. Algunas describen lo que hacen a través de las diversas emociones de su condición femenina; la maternidad, el tejido ancestral transmitido de generación en generación, la belleza.
Irene Banchero se presenta como pintora, escultora y diseñadora gráfica. Lo suyo es trabajar con los materiales cotidianos, como fibrofácil o pinturas para paredes. “Son más accesibles y eso es lo que me atrae. En Bon Vivant en una burbuja trabajé con madera, pintura acrílica y espejos. Es una obra donde el que mira se ve fragmentado en los diferentes círculos. Y eso provoca atención y tensión”, describe.
A su vez, Pato Da Cunha, que es artista plástica, directora de arte y vestuarista, explica: “Lo que hago es autoreferencial: es una forma de contar, de resolver distintas vivencias como hija, madre, amante, esposa”. Sus obras están construidas con acrílico sobre tela, imágenes psicodélicas o del arte popular hindú como estatuillas de Buda.
Lucila Amatista apunta a sus antepasados textiles: “Lo mío es el contrapunto, el plumín y la tinta. Los tejidos que me recuerdan a mi abuela son la parte femenina y se superponen sobre lo que sucede debajo, que es más un ámbito masculino, más geométrico, más racional”, relata mientras señala sus cuadros, que no tienen título y donde se repite el bordado sobre papel.
“Parto de la naturaleza y me gusta manejar el concepto de vacío, que el borde no se complete, que lo complete el que mira”, desarrolla Elena Nieves, dibujante, fotógrafa y pintora que divide su vida laboral con un pie en Trieste, Italia y otro en Buenos Aires. Son dibujos trabajados por estratos, con papel de calcos.
“Yo soy ésta”, indica Magdalena Murúa su cuadro lleno de lunares multicolores, como papel picado. Lo suyo es el collage. “Me gusta el trabajo manual, ponerle más el cuerpo y las manos al objeto. Trabajo con fragmentos que se suman, se multiplican, se dividen. Elijo el cómic por la paleta de colores”, se expresa la fotógrafa y artista plástica.
Paula Socolovsky es artista plástica, ilustradora, escenógrafa y docente. Y en sus telas se reflejan un poco de cada uno de sus saberes. En Las negritas, realizado con acrílico sobre tela y arte digital, la sombra gigante parece amenazar las espaldas de la dueña de dicha sombra. Y la pregunta emerge: ¿quién es la sombra de quién? Las imágenes parecen salidas del arte oriental, las historietas y la gráfica.
Nora Dobarro es artista plástica, fotógrafa y escritora. Sus fotografías refieren a los artesanos herreros de Feira de Santana, a 100 kilómetros de Bahía en Brasil. Luego de una ardua selección y relevo fotográfico del multicolorido pueblo brasileño, se encargó de recrear las singulares puertas y portones. Sus trabajos fueron exhibidos este año en la Pinacoteca de San Pablo, en 2006 en la galería Ruth Benzacar, en 2007 en el Centro Cultural Recoleta y una de las cuales integra la colección MALBA.
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