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VACÍO ENTRELÍNEAS

Mercedes  Janon, http://www.ramona.org.ar/node/14433

Sobre la exposición Atravesando el vacío, Proyecto La línea piensa, Centro Cultural Borges, Buenos Aires, 2007

 

Atravesando el vacío, la serie de dibujos de la artista plástica argentina Elena Nieves, estará en la sala 10 del primer piso del Centro Cultural Borges hasta el 19 de abril. Es la cuarta muestra del proyecto La línea piensa, dirigido por Luis Felipe Noé y Eduardo Stupía, quienes buscan rescatar, de esta manera, la esencia del dibujo y destacarlo como un acto racional, donde la imagen se vuelve punto de llegada más allá de si representa algo o no.

 Para Elena Nieves no resulta nuevo esto de unir puntos sucesivos en línea, ya lo había hecho exquisitamente en su serie Amores infinitos, de 2002. En esta ocasión, deja el color de lado, para poner en primer plano la relación entre el límite y lo limitado, entre la línea y ese vacío que intenta contener. Los soportes son variados: papel, pared, tela, acrílico transparente. Sobre ellos líneas en tinta, acrílico o una simple sombra proyectada. Ninguna obra tiene título, ¿cómo nombrar lo que no se deja contener por completo? Cada quien vislumbrará su propio paisaje en estas selvas insinuadas, donde alguna que otra figura humana se deja leer, como en esos juegos en los que hay que encontrar a un tal Wally.

 La artista ha elegido la contundencia de la línea, su homogeneidad, su ondulación. Qué mejor entonces que una vegetación frondosa como tema. Y al estar despojado de todo su posible color, este bosque se transforma en pura racionalidad, pensamiento absoluto, límite que busca definir lo indefinible, eso que se escurre y escapa en las zonas abiertas de lo que es, donde el objeto se funde con el fondo, se abre al vacío y se deja penetrar.

 A Elena Nieves también le gusta la sutileza de la sombra. Y para lograr que la contundente y lúcida línea negra se aplaque, recurre a la superposición de papeles, a las transparencias, a las sombras proyectadas en la pared. Así exorciza el pensamiento y le devuelve la futilidad de la emoción, lo frágil de la duda, lo incierto de los afectos, esos que se plantan frente al vacío (o lo lleno) y titubean a la hora de limitarlo, encasillarlo, definirlo nítidamente, mentalmente.

Sí, la de Nieves es otra línea que piensa, pero piensa emociones.